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Ehrlichiosis canina (erliquiosis), su comportamiento y prevención en perros

Ehrlichiosis o erliquiosis canina
Ehrlichiosis o erliquiosis canina
sp.depositphotos.com/Askold Romanov

El aumento global de la temperatura promedio continúa causando muchos desequilibrios en nuestro ecosistema. Entre ellos, la emergencia y difusión de enfermedades transmitidas por vectores representa uno de los cambios más preocupantes. Describiremos el comportamiento de la enfermedad ehrlichiosis canina en perros, su mecanismo y la importancia de su prevención. Es importante destacar su denominación, en cuanto también se conoce como erliquiosis canina o fiebre hemorrágica.

Distribución de la ehrlichiosis

Los primeros casos de ehrlichiosis en humanos y animales se registran a comienzos del 1900. Entre las especies más difundidas, se encuentran: Ehrlichia canis, E. chaffeensis y E. ewingii. Estos microorganismos son transmitidos por diversos vectores y son capaces de enfermar tanto al hombre como al perro. Su distribución abarca diversos territorios de Europa, África y América.

En la ehrlichiosis canina, la especie Ehrlichia canis es la que cobra mayor importancia. Su distribución es mundial y se transmite fácilmente a través de la garrapata del perro.

Ehrilchia canis y su transmisión por garrapatas

El género Ehrlichia pertenece a una familia de bacterias intracelulares obligadas. Eso significa que para sobrevivir, deben necesariamente infectar y replicarse dentro de las células de un organismo superior.

En el ciclo de la bacteria pueden participar el perro, otros miembros de la familia de los cánidos, los humanos, y en menor frecuencia los gatos.

Su principal vector es la garrapata, entre las que se incluyen: Dermacentor variabilis (garrapata americana) y, con mayor importancia, Rhipicephalus sanguineus.

Esta última, conocida también como “garrapata marrón del perro”, se distribuye a nivel mundial, con predilección por los climas cálidos.

En la ehrlichiosis canina, las garrapatas adquieren las bacterias cuando se alimentan de un animal infectado, pudiendo transmitir la enfermedad durante meses. Todos sus estadios, desde el nacimiento hasta las fases adultas, son capaces de infectar al perro. Cuando la garrapata se alimenta, inyecta su saliva contaminada con E. canis a través de la picadura.

En el ambiente, este vector puede sobrevivir sin alimentarse por largos meses, conteniendo la bacteria en su interior. Esto permite a ambos “superar” el invierno, para recobrar su patogenicidad ante temperaturas favorables.

Existen muchos factores que influyen en la progresión de la enfermedad por ehrlichiosis canina : el tamaño del inóculo (picadura), la cepa involucrada, el estado inmunitario del animal y la presencia de enfermedades concomitantes. No existe predisposición racial, pero los ovejeros alemanes parecen ser más proclives a enfermar.

Etapas de erliquiosis canina

El comportamiento de la ehrlichiosis canina puede dividirse en diferentes etapas, de acuerdo a la presencia y gravedad de los signos clínicos. Aunque estas fases son difíciles de distinguir en la práctica, pueden describirse brevemente.

Fase aguda

Tras un período de incubación variable de una a tres semanas, la enfermedad por ehrlichiosis canina comienza a evidenciarse. La progresión de los signos es rápida pero de manera inespecífica.

Las bacterias inoculadas se distribuyen por la circulación sanguínea replicándose en el interior de monocitos (ehrlichiosis monocítica) y macrófagos de bazo, hígado y ganglios linfáticos.

Durante la fase aguda, los animales presentan depresión, anorexia, fiebre y a veces ganglios y bazo aumentados de tamaño. Con menor frecuencia, puede haber sangrado leve por nariz (epistaxis) y pequeñas hemorragias en piel (petequias, equimosis). Las anormalidades hematológicas son las más características, pudiendo haber anemia y trombocitopenia (disminución en el recuento de plaquetas).

La fase aguda de la ehrlichiosis canina (erliquiosis) tiene un promedio de duración de entre tres y cinco semanas, durante la cual los animales son capaces de transmitir la infección. A partir de allí, algunos perros pueden entrar en un período subclínico de la enfermedad.

Etapa subclínica

Como su nombre lo dice, esta fase se caracteriza por ausencia de signos evidentes y su duración es variable, desde semanas hasta incluso años.

En ese lapso, los animales permanecen como portadores de erliquiosis canina pero no son capaces de transmitir la enfermedad. Pueden hallarse leve trombocitopenia y aumento de globulinas.

Fase crónica

Los animales que progresan a la fase crónica de la enfermedad, presentan signología evidente con grados variables de severidad.

Las alteraciones en sangre incluyen, además de anemia y trombocitopenia, un descenso generalizado en los valores de la serie blanca (leucopenia).

Se observa pérdida de peso, depresión, petequias, mucosas pálidas y afección de linfonódulos. En casos severos o que no responden bien al tratamiento, los animales pueden morir por hemorragia masiva.

Diagnóstico y tratamiento

Como hemos anticipado, en la ehrlichiosis canina los signos clínicos no siempre están presentes o son inespecíficos.

Las garrapatas pueden no observarse sobre el animal al momento de la consulta, pero esto no excluye la presencia probable de infección.

Un hemograma y bioquímica completos, sirve para la detección de cambios en diferentes fases de la enfermedad. Un recuento hematológico nos permitirá observar rápidamente alteraciones en las plaquetas y la serie blanca.

Existen casos en erliquiosis canina de disminución de albúminas y aumento de globulinas. También las enzimas hepáticas pueden estar levemente incrementadas en fase aguda por daño tisular.

En los extendidos de sangre periférica, la observación de mórulas (agrupaciones bacterianas) podría ser confirmatorio del diagnóstico, pero no siempre se encuentran.

Existen otras técnicas (serológicas, genéticas, hemocultivo) que permiten arribar al diagnóstico definitivo. Sin embargo, en muchos países son estudios complejos, costosos y sus resultados pueden demorar bastante.

El tratamiento de elección para la ehrlichiosis canina consiste en administrar antibióticos del grupo de las tetraciclinas, en dosis adecuadas durante cuatro semanas. Debe incluirse terapia de apoyo como fluidos o transfusiones de sangre en casos severos.

Siempre debe realizarse un seguimiento para confirmar la remisión de la enfermedad, aunque es difícil asegurar su desaparición completa. Por otro lado, los animales no desarrollan inmunidad y pueden volver a enfermar en un nuevo ciclo.

No existe vacuna para la ehrlichiosis en perros. Sin lugar a dudas, la estrategia preventiva debe dirigirse hacia el control del vector.

Conclusiones finales sobre
ehrlichiosis canina

La expansión y persistencia de la ehrlichiosis canina (erliquiosis) se debe a diversos factores. Muchos ejemplares silvestres y domésticos distribuidos mundialmente pueden desarrollar y diseminar la enfermedad actuando como verdaderos reservorios. Por otro lado, el calentamiento global y los programas de control insuficientes, favorecen y potencian la supervivencia del vector.

Sin embargo, los análisis de sangre de rutina y las desparasitaciones, en frecuencia y dosis adecuadas, son relevantes para poner freno a la propagación de la enfermedad.

Es importante estudiar y abordar este tipo de patologías como un problema epidemiológico, más allá de la afección individual.


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