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Brucelosis canina y su control en criaderos

Brucelosis canina


La brucelosis canina es una enfermedad infecciosa de perros domésticos y cánidos silvestres (aquí puedes informarte de la familia canidae), producida por la bacteria Brucella canis. Presenta un curso crónico y comportamiento complejo, pudiendo afectar tanto a ejemplares machos como hembras.

La brucelosis canina es una enfermedad de importancia en programas de cría debido a las alteraciones reproductivas que provoca y su impacto en la salud pública.

Conozcamos sus vías de transmisión, signos clínicos y los diferentes recursos diagnósticos para su control en perros.

Características de la bacteria y vías de transmisión

Brucella canis es una bacteria con forma de cocobacilo que responde negativamente a la tinción de Gram. Sus características y comportamiento en cultivo la identifican como un microorganismo aerobio pequeño que forma colonias de aspecto rugoso. Presenta, a su vez, actividad positiva para diversas reacciones enzimáticas como la prueba de oxidasa, catalasa y ureasa.

En los perros afectados por brucelosis canina, la bacteria se elimina a través de las secreciones vaginales de hembras y el semen de los machos. Estas descargas contienen bacterias en alta concentración y se consideran la fuente de infección más común en la especie.

A través de sus exudados vaginales, las hembras pueden transmitir la enfermedad únicamente durante el estro (celo) o luego de un aborto. Los machos por su parte, eliminan los microorganismos de manera más frecuente tanto por semen como por orina.

Ambos sexos pueden también contener y transmitir la bacteria a través de la saliva y la secreción nasal.

En los animales susceptibles, la bacteria puede ingresar por medio de las mucosas oronasal, conjuntival, vestíbulo vaginal y peneana.

Desarrollo de brucelosis canina

En el sitio de ingreso, la bacteria es capturada por las células fagocíticas de la mucosa y transportada a los ganglios y demás tejidos linfáticos donde comienza a replicarse.

Luego de un período que varía entre una a cuatro semanas, el microorganismo se hace presente en circulación general dando lugar a una bacteriemia sostenida que perdura por aproximadamente seis meses. A partir de los seis meses, la presencia de la bacteria en sangre se vuelve intermitente pudiendo sostener ese comportamiento por hasta cinco años.

En los perros afectados, las bacterias se distribuyen en diferentes órganos y tejidos corporales como linfonódulos, bazo y tracto reproductor. Otros órganos involucrados pueden ser riñón, meninges, ojo, piel y discos intervertebrales.

Signos de brucelosis canina en machos y hembras

En las hembras preñadas, la bacteria ingresa en el tejido placentario provocando abortos o muertes embrionarias. Un signo característico es el aborto que ocurre en hembras aparentemente sanas dos semanas antes de la fecha de parto. En estas perras, se observa también una descarga vaginal color pardo o gris verdoso durante varias semanas luego del aborto.

La muerte embrionaria puede ocurrir a partir de los veinte días posteriores al servicio.

En el macho, la brucelosis canina produce inflamación testicular que afecta especialmente escroto y epidídimo (orquiepididimitis). Los animales muestran un aumento del volumen escrotal que ocurre por acumulación de líquido serosanguinolento. Presentan también dermatitis superficial por lamido. Los perros afectados pueden tener inflamación de la próstata y desarrollar atrofia testicular cuando la enfermedad se hace crónica.

A pocas semanas de la infección, la brucelosis canina produce también infertilidad en el macho por desarrollo de alteraciones espermáticas como células inmaduras o malformadas.

Entre los signos no reproductivos de brucelosis canina tanto en machos como en hembras se encuentran: inflamación del tracto uveal del ojo, pudiendo ser en forma uni o bilateral; inflamación en columna vertebral, que puede a su vez provocar alteraciones en la marcha por dolor y compresión de la médula; dolor e inflamación en huesos de extremidades, finalmente signos neurológicos por meningoencefalitis.

Diagnóstico de brucelosis canina

Existen diferentes métodos serológicos para diagnóstico rápido de brucelosis canina, con aplicación tanto en machos como en hembras. El más utilizado lleva el nombre de microaglutinación en placa. Mediante este método, es posible detectar en forma rápida y práctica anticuerpos contra la bacteria a partir de muestras de suero de animales. Ante casos positivos, el ensayo se ajusta y se repite con el fin de obtener un resultado cada vez más específico.

El método de aglutinación es práctico y económico, sin embargo, puede resultar impreciso conduciendo a falsos positivos y errores de interpretación. El cultivo y aislamiento de la bacteria a partir de muestras de tejidos o mediante hemocultivo se considera el único diagnóstico definitivo que confirma la presencia de brucelosis canina.

Control en criaderos y salud pública

El mayor impacto de la enfermedad se produce en programas de cría dado su mecanismo de transmisión y las pérdidas a nivel productivo. Estos programas incluyen protocolos específicos para el diagnóstico permanente de brucelosis canina.

Los controles para diagnóstico rápido de brucelosis canina deben realizarse de manera sistemática en todos los animales, antes de ser incorporados al plantel reproductivo y antes de cada servicio. A su vez, todo animal positivo debe eliminarse del criadero.

No existe vacuna contra la enfermedad. El único manejo preventivo se realiza desde la cría responsable.

El tratamiento de los animales afectados incluye castración y terapia con antibióticos específicos por tiempo prolongado.

La bacteria puede eventualmente enfermar al ser humano. Los profesionales de la salud animal deben tener especial precaución al manipular animales enfermos o muestras para diagnóstico de individuos sospechosos.

El manejo responsable y la concientización sobre la enfermedad son las herramientas más poderosas para el cuidado de la salud pública.


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